Mientras Isabel descubre lo que le está
sucediendo y lo niega rotundamente, probando todo lo que se le ocurra para
comprobar lo contrario a lo inevitable.. Tengo en mi mente otro nombre muy
distinto..
Eduarda .. Una joven de lo más común pero especial también en otro
sentido.. Ella es muy paciente.. Le gusta disfrutar de sencilleces de la
vida..Adora las flores y los detalles que salen de lo profundo de los
corazones.. Amando la naturaleza, camina por las calles mirando a su alrededor,
todas las parejas que ella ve.. Son motivo de atención, por que mira la ternura
siendo expresada en su mayor pureza, a veces con pasión por que en la ciudad,
nunca falta aquel par que desea comerse entero en alguna esquina o detrás de un
poste..
Eduarda, vive soñando
en encontrar alguna vez, aquel príncipe azul que le hará sonreír con solo
mirarla.. Ella vá por la vida conociendo hombres perfectos para ser candidatos,
aunque en la vida real no lo sean, se imagina como sería la convivencia con un
hombre alado, y, cuando va a la esquina, siempre mira a su vecino, un joven
guapo, inteligente, amoroso con su mascota, que es todo un deportista, todo un
caballero, como pocos hay, la sociedad se ha vuelto a sus conveniencias, ahora
las mujeres que se dicen bonitas son muy
putas o son muy alzadas, y las que no son de esos dos bandos, al menos si son
tratadas como tales, cuantas veces no han intentado sus prospectos de príncipes
propasarse de un simple beso a intentar tocarle un seno o una nalga, Eduarda mira la vida como un gran sendero
donde el perfecto amor es recopilar un don o una parte del carácter de cada uno
y formar un frankestein de amor para satisfacer sus necesidades de
ternura y comprensión, tan escazas en estas épocas…
Ahora las mujeres que
atrapan a esa clase de hombre suelen ser unas desgraciadas que, o les sacan el
dinero o les tienen “calzoneaos” como dice una amiga.. Por lo que sueño, mas
que con cualquier cosa, un tierno inteligente.. que en alguna parte debe estar
siendo desilusionado y puede caer conmigo en cualquier momento..
Se preocupa por que
las desilusiones del mundo, han traído dolor a su corazón y cierto anticipo a
ser lastimada, por lo que le es complicado escoger a cualquiera al que se le
presente una falla, se ha vuelto un poco exigente con la forma de ser de quien
quiere conocer.. Se ha vuelto tímida y soñadora.. Ha visto y vivido terrores
con los demás, pero sigue guardando su corazón adentro, bien al fondo, como una
joya que no debe ser entregada sino hasta que encuentre aquel frankestein enamorado..
Eduarda ha visto a
varios maridos y novios de diferentes mujeres, se compara a veces en la
situación, dice: me gustaría tomar su lugar, de seguro el y yo haríamos las
cosas diferentes, pero claro, siempre respetando a la pareja, es como que una
idea soñadora de “si yo estuviera en tu lugar”.. lo que le ha servido de mucho
y de poco, por que termina alejándose, ya que los novios y amigos, se dan
cuenta de lo simple que ella es, y no vayan a terminar enamorándose de verdad,
siempre pensando en los demás, deja su vida de lado..
Es típico de una niña soñar.. pero todos
tenemos sueños que no siempre se cumplen realmente..
Una mañana de clima soleado.. despertó de su
cama con uno de sus pocos novios, el actual, al que apreciaba.. El, habiéndole
dicho alguna estupidez la noche anterior.. Algo que ella, por su sensibilidad
extrema, había maximizado.. Avanzó tanto que esta vez sería motivo perfecto
para no verle mas.. Pero él, como pocos hombres, o muchos de ellos, vivía
encaprichado con el cuerpo de la señorita.. Y lo quería tener.. Como ella
estaba molesta, no quizo saber nada de desayunos ni comidas, necesitaba su
soledad, recapacitar, mirar y darse cuenta de que debía salir a buscar a
alguien diferente, por lo que se negó.. El se llenó de rabia.. Lanzando la
comida al piso y pisando sobre ella, se subió a la cama sujetándola de los
brazos, incapacitándola de defenderse y, pese a la insistencia de Eduarda de no
dejarse forzar, el le lanzó un gran puñete al estómago.. Al quedarse ella sin
aire, aprovechó que no tenía capacidad de moverse.. Le quitó la pijama,
para solo observar su cuerpo, ella sostenía el pedazo que le quedaba de ropa
intentando cubrirse, el se lo quitaba, el solo quería verla llorar, vulnerable,
desnuda, le excitaba, le satisfacía.. Y ella, en su mente decía.. "No
quiero este príncipe para mi vida, el no es ni la mitad de lo que yo buscaba..
no lo es.. debo salir de aquí.." Ya que su costumbre soñadora, la invitaba
a cumplir su más grande anhelo.. Ser feliz en la realidad…