miércoles, 11 de abril de 2012

Silencio





Un día común de aquellos donde la noche es cálida, se ven las estrellas y la iluminación de la ciudad juega con el ambiente, lo hace propicio para una “salida”.. Isabel se arregla y empieza a buscar algún amigo o amiga para salir, lo consigue, se decide ir con una cercana a un momento de recreación, a Isabel le gusta beber, pero no hasta perder la consciencia, simplemente, beber hasta estar feliz, salen, y caminando por el sector de los bares, reciben invitaciones de los impulsadores a distintos lugares, se sientan al fin en el lugar esperado, en un buen puesto, junto a un mini árbol de calor, y empiezan qa conversar de hombres, de la vida, de las experiencias vividas, de fútbol, realmente, conversan las mujeres hasta de los zapatos de la vecina, pero se conversa, se nace para conversar cuando se es mujer, mujer que no conversa, es por que tiene algún problema, que no desea compartir, el compartir es natural en el ser humano, y no hay nadie mas humano que Isabel, que ha tenido que sufrir a ratos por no delimitar el compartir con los demás… Conversando iban, hasta entonarse.. Y al salir, sin haberlo discutido anteriormente, entraron en un bar donde la música era alternativa, ya que así se han destinado los gustos, desde su infancia, nada que sea corriente, y menos vulgar.. Al entrar, volvieron a pedir alcohol, pero de la misma manera, en formas medidas, se acercaron a un vidrio que dividía dos ambientes, de seguro el de alado la estaba pasando de maravilla con la música latina, que para Isabel sería demasiado, si ya ver a los de alado moverse era una tortura, escucharles, sería un horror, de todas maneras era gracioso criticar un poco el ambiente que podían ver a través del vidrio, de repente, conversando sobre el trabajo y las aventuras del mismo, salió a flote el tema de su corazón, no tocó por mucho tiempo, ya que empezó a guardar en sus adentros aquel sentimiento especial por ese hombre..
De repente, en medio de una buena canción.. como que algo la llamara, a voltearse, y siempre que se tienen ese tipo de sensaciones, lo más justo y lo más pronto que se pueda, Isabel obedece, y girando despacio y disimuladamente, encuentra un escote de una blusa, pegado al vidrio cual caracol en pecera, se notaba el mediano largo de el cabello sucio y mojado de esta fornida mujer contra el vidrio, a Isabel le llama la atención ver que, en estas épocas, una mujer se pegue a un vidrio.. Y peor aún si este es transparente y hay un ambiente alado, Isabel se caracteriza por ser una persona muy seria, aunque tenga una vida de varios caminos, no sería capaz, al menos en ese estado, de salir a la calle a que “te estampen” contra una pared transparente, mientras pensaba en la exageración del momento, la pareja se despega de su mundo y su pasión y siguen bailando, aunque nada le quita lo sexualmente al baile vecino, Isabel decide tomar un descanso y comentarle la escena a su compañera, tan solo para, tomar asiento y ver más.. por un momento, hasta que se aburran, en el acto la palidez empieza a ser familiar en el rostro de Isabel, siente un escalofrío y desesperadamente busca su celular, mientras habla un poco descompuesta y alterada.. “Esa! Esa es la mujer!.. Necesito fotografiarle, es una descarada!..” Y con mucha agilidad, lo intentó varias veces..
Esta mujer era la novia de José.. Aquel hombre que le había movido el corazón, era ella, con un hombre mayor.. en una salsoteca!,, bailando como perra!
Isabel no tenía palabras para describir la sorpresa que se estaba llevando.. pero no podía sacar una foto comprobatoria del asunto, La joven, tampoco se preocupaba por no ser vista, y de seguro así viera a Isabel, no la reconocería.. La noche pasó, la foto no se consiguió, pero el recuerdo y el tamaño secreto que tendría que guardar.. Modificarían su forma de pensar, con respecto al daño, al respeto y a muchas otras cosas en las que tendría que reflexionar, antes de poder volver a abrir la boca..

Encuentro





Retomaba su vida laboral, después de un fin de semana de ensueños y de insomnios, como toda la vida ha sido, los lunes, tomando lo primero con lo que se vea lo suficientemente decente como para ir a la oficina, buscando los zapatos entre los muchos desordenados.. Encuentra aquellos que buscaba, aunque los “adornos” que quiere colocar para combinar, no aparecen, cuando algo no aparece, simplemente ella lo revuelve todo hasta encontrarlo, sin importar lo que cueste en, tiempo, dinero, orden, lo que sea, necesita algo y lo debe tener, más aún si está en su propia casa y no lo encuentra..
Siempre es sociable con todas las personas de la oficina en la que trabaja, aunque, solo se dedica a su trabajo, todas las personas saludan con ella y conversan cosas simples, siempre amena se porta y no le interesa lo que de ella se diga, a sus espaldas, pero pobres de los que le digan cosas de frente, tampoco se calla nada, parece ser de armas tomar, aunque siempre, piensa muchas veces lo que haga y diga en la oficina.. Ya que, al menos las mujeres están hechas en su escencia de cobras, mejor no arriesgarse..
Al salir de la oficina el lunes, en el lobby, saliendo con una de las compañeras, a las que apenas y ella le hacía caso, por que siempre ha tenido la mente en sus cosas, y no le interesan tanto los problemas ajenos, se encuentra con aquel joven rubio, de ojos verdes, con lentes, corpulento, que estaba enternado, y al mirarla, él tropezó de la impresión, pero al incorporarse de su torpeza y disimular sonriendo, se le acercó enseguida, casi gritó su nombre en medio del lobby, la compañera ignorada simplemente se adelantó, susurrando que se despedía, algo que a Isabel le importó poco, pues no había visto al joven en un año mas o menos, y malas experiencias no habrían tenido, Isabel lo recuerda con alegría por que se divertían mucho, de repente ya ella se cansó y desapareció, como suele suceder regularmente..
Al acercarse, ella sintió un olor distinto, y delicioso, que se le quedaría impregnado en la mente hasta varias horas después, él no desaprovechó para pedir su número y jurándole que esa misma tarde estaría en contacto con ella, subió a su reunión importante, dejándola, así que ella se encaminó a su casa, cantando y sonriéndole al destino por presentarle al frente a un personaje que la alegró tanto en alguna etapa de su vida..

Recuerda siempre con atención las veces que se encontraban siempre en su casa, se abrazaban y siempre quedaban a punto de mezclarse uno con el otro, la ropa impedía su contacto físico por más de una ocasión, siempre encontraba buena música en su cuarto que era, del tipo de habitación que siempre imaginó para un chico como perfecta, azul, con una cama ancha y cortinas transparentes, los detalles de la sala que era de estilo antiguo, la empleada, que siempre servía café, para ellos, estuvieran solos o acompañados, a veces se sumaba alguna amiga, para ver alguna película y se solían encerrar en el cuarto que estuviera vacío, para desfogar en besos esa calentura que se tenían, pero nunca habrían llegado a tener algo más si a él no se le hubiera ocurrido llevársela un día a la playa, un viaje de lo más corto, llegaron a un hotel hermoso, que tenía la sencillez y el ambiente acogedor, lo suficientemente bueno como para pasar un tiempo, salieron, fueron al mar, bebieron todo lo que quisieron, conversaron, vieron el atardecer abrazados, hablaron con personas que vivían en los alrededores en búsqueda de alguna leyenda, al caer la noche se hicieron amigos de una pareja y los cuatro salieron a divertirse, fue casi perfecto, esa noche, al llegar a la habitación, la luz de la luna iluminó sus cuerpos que al fin pudieron estar desnudos, y luego de un gran rato, se recostaron junto al otro, y él le dijo: Me encantaría… A lo que Isabel interrumpió casi groseramente, diciendo.. “ojalá un día se vuelva a repetir, pero ten en cuenta, que yo no soy capaz de enamorarme” y él sonrió y la sonrisa que se habría dibujado en su rostro cambió de forma, aunque no dejó de sonreír, “ me gusta que seas una persona tan libre, por que no nos atamos con relaciones personales, considero que es más valioso conservar tu amistad y poder divertirnos juntos, no encontraré en la vida persona como tu”.. agradeciéndole ella pudo dormir junto a él.. Después de ese viaje.. Ella se alejó, para no enamorarse..
Seguramente, ahora ya se le habrá pasado la precipitación.. Un año debió mejorar las cosas.. Al recibir la llamada, a las 2 horas, con semejante ansiedad.. Se dio cuenta de que era todo lo contrario….

Balanza





Antes de car la tarde por completo y terminar la jornada del día arduo de trabajo, después de perderse en sus pensamientos, Ella se había resignado, los buenos momentos vividos en pareja superaban en un gran porcentaje a este tipo de escenas, se sentía dependiente, y hasta en cierto punto protegida, excepto en esos momentos, y pues, no esperaría que se repitiera de nuevo esa escena en su vida, aunque tampoco se imaginaba la vida junto a esta persona, no se sentía incómoda compartiendo estos días con ella, el ejemplo claro de que no lo tomaba en serio era evidente, no dejó que el contacto sexual fuera de riesgo para embarazarse, aunque no siempre se podía cuidar, odiaba la idea de tener un hijo con alguien como el..
Con el tiempo, las familias empezaron a comentar, que deberían tener un hijo, por que la edad era adecuada y empezaban a sospechar de la incapacidad de alguno de los dos, siendo este, un motivo de presión, y, aunque en estas épocas eso ya no es tan importante, siempre daba de que hablar en las reuniones familiares, que se empezaban a volver situaciones incómodas para la pareja, o al menos para ella, que era la de la iniciativa de no tener chiquititos estorbando por la noche, es incómodo cuidarlos, lo veía por que estaba rodeada de ellos, la mayoría de la familia, estaba inmiscuida en ese asunto de los bebés, inclusive habían parejas que tenían más de un hijo y eso en las reuniones se volvía más que un tiempo de armonía, una guardería..
 Con el tiempo la guardería empezó a ser más y más molesta, lo que ocasionó que Eduarda se alejara de la familia… Ya solamente pasaba en casa, por que a que otro lugar podría ir?
La rutina empezaba a marcar sus días, marcar su carácter que simplemente estaba haciéndose más monótono que su vida.. Terminar en una rutina, no es más que la muerte del espíritu, pero que tiene eso de inmerecido? Nada, por lo tanto, es correcto..
Un día, adquirió un centenar de libros, gracias al capricho de su pareja por tenerlos todos en un estante que anteriormente estaba vacío.. Empezó a revisar al azar los libros y se encontró varias historias interesantes, y entre ellas, la de una mujer que no había permitido en su vida los maltratos, que era fuerte como un roble, y que habría de terminar siendo parte importante de la liberación de un país sudamericano, siendo una idealista, de la mano de caballeros que eran sensatos y eso le volvió a hacer caer en cuenta, que no solamente en los momentos difíciles debía recordar la idea propia de su vida y lo que ella consideraba como su propio ideal..
Sus ideas de libertad deberían ser expuestas en un plan serio, si es que quería lograrlo, debería dejar de depender en todo sentido de este tipo, así, que.. No hay nada mejor que ponerle manos a la obra al asunto.. Aunque eso implique estar sola.. Aunque vale mejor sola que mal acompañada..