martes, 26 de marzo de 2013

Profundidad



Se sentó, cansada con los zapatos que le mataban,toda la noche estuvo del brazo de aquel tipo.. No baila mal, un español, de cabello azabache y ojos negros.. Nunca se había visto reflejada tan profundamente, esos ojos eran como la entrada a un mundo que la arrastraba en el mar de sus antojos, no le importaba nada, ni nadie que estuviera alrededor..

Miró la copa, que estaba medio llena, y la huella que su labial había marcado.. Se miraba el alma desde arriba, como queriendo explicarse a si misma desde otra perspectiva, como se ve, débil en este proceso..

Cuando reaccionó a su lucha interna de consciencia, recordó que la causa de la marejada de ideas, estaba con ella, el hombre de los ojos negros había desaparecido..

Buscó por todo el salón con la mirada, caminó de un extremo a otro en medio de la gente, encontró muchos ojos que se cruzaban en su camino, muchos miraron a los de ella, muchos ojos estaban acompañados de la mano de otras almas, atados, mirando la libertad de los de ella.. 

Pero ella nunca encontró los ojos profundos que buscaba..
Esos ojos fueron un oasis sin remanente de libertad.. 


"Se dice que la verdadera felicidad, es un momento de libertad...
Cuando miras esos ojos, no lo vuelves a olvidar..

Pero aunque mueras por regresar..
La vida es un camino de un sólo andar.."

Isabel

domingo, 10 de marzo de 2013

Su confesión..


La libertad del hombre que amo, es el mayor tesoro que guardo en mi corazón.. 

No es el primer hombre libre del que me enamoro.. Pero si es, de quien más perdidamente me he enamorado, no encontraré jamás alguien por quien sienta tantas cosas a la vez.. Tal vez me enamoro también de la libertad que le envuelve en un haz de energía y le hace tan feliz.. 

Él es un hombre imperfecto.. Que está en el centro de un laberinto hecho de espejos, donde se ven apenas partes de su vida y de su esencia... Otras partes, las más profundas, están ocultas como hilos invisibles detrás de los espejos, desde lo alto, él parece estar moviéndolos, para reflejar solo lo que quiere mostrar..

Yo puedo ver los hilos que están detrás de los espejos, aquello que intenta ocultar, me refleja su mirada.. El miedo a sus propias actitudes, sentimientos y hasta a su propia libertad, le delata.. En medio de su oscuridad, soy la luz que le desnuda el alma, y no le permite escapar por completo de su verdadera realidad, es vulnerable en mis manos, y no sólo por eso..

Siempre he dicho que una persona que duerme en mi compañía es tan indefensa... Dormir junto a otra persona es entregarle tu vida en sus manos..

Yo me siento dueña de sus emociones, de su sonrisa, y hasta de una parte de sus lágrimas, aquellas que guarda detrás de los espejos, nunca más, volverá a llorar, a sonreír o a meditar sin tener parte de mi nombre en sus sentimientos, en sus expresiones, en su respiración...

Pero esto no es una maldición... Este hombre, especial, libre y atrapado en sus propios pensamientos.. Es apenas un reflejo más... 

Es el reflejo de mi espejo.. Aunque yo no soy como él,  un laberinto... Soy un tanto más vulnerable que él, ya que estoy atrapada en su alma, sumergiéndome extasiada en la felicidad de su libertad.. 

Temo que este momento sea el último.. Una horrible sensación de frío nace en mis entrañas cuando pienso que no estará aquí algún día...

Yo también aprendí a ser libre, pero siento que le pertenezco.. Y le abrazo, con todas las fuerzas de mi corazón mientras suena nuestra canción, aquella que aún no escoge como nuestra.. Esa canción de libertad.. Libertad de escogernos en cada momento, de abrazarnos y perdernos en el tiempo eterno que poco a poco se desvanece junto al olor que deja en mi cama cuando se va, para tal vez.. No regresar jamás..

He descubierto la felicidad de la libertad a su lado.. Eso me ha dejado, como un gran regalo.. ahora me siento tan libre.. Como para decirle que le he amado.. Y que ese sentimiento.. No está solamente conjugado en pasado...

lunes, 4 de marzo de 2013

Sueños de luz




Vivía en una casa lo suficientemente grande como para dejar cortos a muchos castillos de la gran Europa.. Se encontraba enfundada en pijamas blancas que le cubrían delicadamente la piel, tenía sueños, siempre quiso vivir libre en una gran casa de campo, así que invertía todos sus días pensando en la administración de la misma, al principio es poco, luego el dinero poco a poco se va recuperando.. No olvida que desde pequeña ha soñado con salir de esa gran jaula, su padre, era un hombre muy trabajador que la crió prácticamente en las calderas, así, mientras creció su conocimiento de la casa era demasiado amplio, sabía cada detalle de la prisión, aunque se las ideaba para salir y ver el sol en los jardines, notaba que había un mas allá, que la estaba esperando, con la prosperidad abierta de par en par, el mundo de donde venían los más preciosos frutos, telas, y demás enseres que se ocupaban en la casa…


Tenía a su cargo, al pequeño de la familia, los B. Eran una familia de personas bastante adineradas, pero a veces, solo a veces, se les veía solidarios, cuando lo eran, todos aprovechaban, y por eso, les tenían gran admiración y hasta miedo, les eran fieles, por miedo..


En la casa B. siempre se escondían misterios y muchos giraban alrededor de dos grupos de personas, estos eran las dos familias que trabajaban para los B.  Los primeros estaban despertando a las barbaridades de amenazas que los B. imponían a sus trabajadores, y los otros, solamente obedecían..


Como Luz no quería mas que salir de ese lugar, cuando reuniera todo el dinero, que escondía con su padre, nunca se metía en ningún asunto, no le importaba, aunque tenía información de ambos bandos, todos sabían que ella era una persona en quien confiar, hasta los Señores lo sabían, no por nada, Luz era la encargada del pequeño de la familia, el primer nieto, el heredero de la gran prisión..


Ella lo miraba con mucha pena, ya que era un pequeño bastante inteligente, una personita que empezaba a denotar bondad de corazón de manera natural, que pronto sería instruída de manera animal, para suceder a un gran imperio de miseria y dinero..


Carlos Alberto, miraba a Luz como la nana más cariñosa que hay, la cambiaría por su madre una y mil veces, aunque fuera alta traición ante quien le importe, pero amaba también a su abuela, que lo consentía bastante y le salvaba de vez en cuando de alguna travesura que se empeñaba siempre en hacer..

Una noche de verano, mientras el niño dormía.. Luz sentía un llamado en medio de su cansancio, los ojos apenas se abrían, parecía que los brazos del sueño la atrapaban egoístamente, deseando hacerla suya eternamente, en momentos, se entregaba al sueño sin luchar, pero la voz no lo permitía, la lucha inconsciente demoró varios minutos, que a su mente, le parecían horas..


La ansiedad de despertar al reconocer la voz que le hablaba, la estremeció y finalmente la encendió mentalmente a la realidad, era el Señor B. que se encontraba a su lado, de pie, sosteniendo una escopeta, poco a poco los sonidos se hacían audibles, y las luces de las antorchas se hacían visibles, y los gritos de las personas, heridas, los que gritaban fuera de la habitación, todo se mezclaba en un mar de confusión que Luz apenas y entendía..


Cuando descubrió que estaba completa, su primer pensamiento se dirigió al niño, Carlos lloraba en una esquina, abrazando sus piernas, tapándose los oídos, indefenso, como ella lo habría sido hace mucho tiempo frente a las pesadillas de el castillo, al verlo solo, se acercó a abrazarle y le dijo: Todo estará bien.. Sonriendo, el niño dejó de llorar, pero se le pegó, aterrado, mas fuerte que cualquier ponzoña..


En un instante, la puerta se encontró lo suficientemente rota, como para ver lso pasillos cubiertos en llamas y a miembros de las dos familias, gritándose y peleándose, por que se echaban la culpa mutuamente de estar arruinando el castillo, de haber iniciado el fuego en un atentado entre empleados que parecía no tener sentido..


La familia de Luz, era su padre, que gracias al cielo, en ese momento se encontraba de viaje por ayudar luego con el mantenimiento de las calderas, para el invierno que se aproximaba..


Era un gran alivio, pero a pesar de todo, el miedo de estar sola le hacía temblar de pies a cabeza, hasta sentir que parte de ella, aquel niño que se le colgaba, podría sentirse peor, no podía reacionar, todo era confuso, y de repente se escuchó un sonido fuerte, silenciador y autoritario, de una buena vez...


El señor B. había dado un disparo al aire, aquietando los ánimos de los empleados, gritó con una voz severa, que es todo esto!..  si no se retiran de inmediato, haré que todos paguen muy caro el escándalo!...


Bajaron las cabezas, muchos soltaron los utensilios que estaban usando para amedrentar a los del otro bando, hasta que de repente, un rebelde, empezó a abrir fuego hacia nosotros..
La  mirada del patriarca se encendió, y gracias a la puntería que sus prácticas habían logrado, mataba de un solo disparo a cualquier rebelde que se levantaba en su contra, Cubrí la cabeza del niño, por miedo a que se manchara la consciencia de sangre, de venganza, de dolor, lo hice justo a tiempo, de la nada, una flecha atravesó el centro del pecho del Señor, como si él estuviera hecho de mantequilla...


No tuvo tiempo de voltear a vernos, ambos bandos, de las familias que disputaban, estaban hambrientos de sangre, eufóricos, deseaban matar a la dinastía, se habían cansado de las migajas de solidaridad que pocas veces lanzaban los B. a sus familias..


Sin entender si todo eso era un complot, ni conocer razones, entendí que era mi momento, debía salir de ahí, debía llevarme al niño conmigo, lo matarán si no lo hago..
Debo escapar, por aquí… 


Se llevó el niño por los escondites, cargándolo, sin que pudiera el ver nada, pero seguro sabía lo que estaba pasando, al punto de simplemente callarse y abrazarla, para que pudiera salvarlo, a la final, algo en su corazón decía que no era el momento para gritar, que también debía protegerla a ella con sus oraciones y su amor..


Entre los rebeldes que asechaban la casa, se encontraban muchos de los amigos de Luz, jóvenes que habían compartido con ella desde niños, aquellos pasadizos por donde ella se aventuró a ir, con el tiempo, y los sucesos extraños, las leyendas de los B. y las desapariciones extrañas de dos niños, todos dejaron de ir a los oscuros pasillos por donde Luz se aventuraba hasta encontrar la salida..



Ella debía apresurarse, ya que los demás no dudarían en seguirla, había dejado atrás a tres testigos del rapto, que sabían a quien debían ser fieles, por libertad…


El camino estaba obstruido por una gran roca, que seguro pusieron los B. al saber que eran pasadizos de los empleados, para que no robaran, así también nacieron las leyendas, sin esclarecer mucho el tema, Solamente quedaba una cosa, remover una puerta que había estado sellada desde que ella entró a los pasillos por primera vez, una catacumba, donde yacían los cuerpos de los primeros B. Luz sabía que había una salida por el ducto de ventilación, daría a las cloacas, una vez allí, todo sería seguir la luz, pero no se imaginó con lo que se iba a encontrar…


En medio de la oscuridad, oh sorpresa, no eran las tumbas lo que allí había, era un gran pasillo laberíntico de paredes y pisos de mármol.. lo que veía no era lo que recordaba, habría entrado mal, las voces hacia arriba, se hacían próximas, como sospechaba, los habían seguido, los matarán cuando los encuentren, ella tenía que seguir..


Mientras ella avanzaba, los pasillos se iluminaban de una tenue luz azul que hacía más cálido el ambiente, pero no menos tétrico..

Mientras se adentraba en el pasillo, empezó a sentir aquella voz de los sueños, que la llamaba, no era la voz del pobre señor B. era una delicada voz.. que la llamaba por su nombre, por alguna razón, Luz no tenía miedo, empezó a dejarse llevar por el sonido, hasta que los dos niños, se encontraron frente a una estatua, de una gran sirena.. Que lucía un grueso hilo de arcilla en cada mechón del cabello, que terminaba en unas hermosas cabezas de serpientes con zafiros en los ojos..


La estatua era imponente, pero era bella… la voz provenía de la luz de los zafiros en los ojos de la estatua, era como un gran ángel de piedra con forma de mujer que amablemente preguntaba..
Que es  lo que más deseas ahora, mi querida Luz..

A sus adentros, luz deseó que no fuera mentira tener una protectora como ella, que dejaran de seguirles, pensó en salir de ahí, en su padre, en llevarse al niño.. 

Tenía muchos deseos, pero no sabía como ordenarlos para ponerlos en palabras…
La gran estatua empezó a desquebrajarse hasta mostrar la piel brillante del ser gigante frente a sus ojos..

“tu deseo es concedido, con una condición.. Debes jugar este juego y pasarlo, para poder ser libre..”
Se transportaron como si de un sueño se tratara, a una sala gigante, donde reposaban rocas gigantes que tenían números de piezas de dominó, un juego que solo se jugaba en las fiestas, y solo los señores sabían.. Las rocas estaba flotando en una piscina inmensa, ellos se encontraban de pie, sobre una de ellas, el truco, para salir vivos de ahí, era, lógicamente, saltar a la pieza correcta, de lo contrario, quedaba solo la muerte, en una piscina de agua que parecía quemar poco a poco los bordes de las piedras..


Carlos se mantenía bastante lúcido y recordaba con precisión las instrucciones que su abuela le daba en cada juego, se había vuelto observador, pero siempre tuvo miedo de jugar, vió la expresión de terror que rodeaba a la pobre Luz, y decidió tomar las riendas de la situación, apenas tenía 8 años, pero podía mantenerse sereno..


La miró confiado y ella asintió, sabiendo que esta vez, dependía de él ayudarla, Luz apenas y le duplicaba la edad, pero sentía en su corazón que el muchacho sabría hacer lo correcto..

Tenemos que saltar a la roca de la izquierda.. Se miraron, se sonrieron, apretaron sus manos, parte de la jugada, era suerte, ambos sabían que si estaban equivocados, aquel líquido burbujeante se los tragaría, de todas formas, morirían juntos y morirían queriéndose como lo habían hecho desde hace unos años atrás.. No les quedaba tiempo para pensar en que no podían retroceder…


Los hombres que les seguían, habían sabido ya, que solamente quedaba un niño de esa maldita casta, que debían asesinar, el dominio debía terminar, con toda la familia muerta..

Mientras los jóvenes armados avanzaban en el pasillo, la luz azul empezaba a oscurecer hasta apagar cada antorcha… los hombres apenas se percataron que estaban entrando en dominios ajenos, no les importaba, el sentimiento de odio, tenía ciega a su razón, mientras avanzaban, el camino se les dificultaba, las paredes, se abrían, sacando grandes y puntiagudas espinas largas que trituraban la carne de los hombres..


Ellos no escuchaban la voz de la gran sirena que se divertía alimentándose de las vidas que los hombres dejaban atrás mientras buscaban a la traidora y al niño…

Ella sabía que es lo que cada hombre deseaba en su corazón, pero escogería solo a los más fuertes, para cumplir sus deseos, llevarlos a su juego, de laberintos…

Al llegar al salón principal.. los últimos 3 hombres que quedaban, se dieron cuenta de que estaban agotando sus energías, persiguiendo a dos personas sin darse cuenta de que eran más de 15 los del grupo, reaccionaron ante la euforia.. se detuvieron, se miraron en centro de una habitación, escucharon las risas que emanaban de las paredes, como si las estatuas de mármol se divirtieran frente al espectáculo…


Luz sentía como dejaba de respirar con cada salto, y no podía creer que apenas le faltara uno para salir de ese lugar.. Había confiado en Carlos las 6 piedras que los habían librado de la muerte..


Faltaba apenas una.. El la miró preocupado, hermana… no sé que piedra escoger ahora..
Les quedaba poco tiempo, porque el ácido carcomía las rocas debido al peso que los niños ejercían sobre cada una.. la decisión era importantísima.. no alcanzarían el final de la piscina y hacían una mala elección..


Luz se inclinó sobre el pequeño, que intentaba explicarle el por qué de sus dudas, lo silenció con un beso en la frente, sonrió para el, y le dijo..


Carlos, confío en ti, confía tu, en ti mismo, decide, saltaré contigo a donde creas que debemos ir..
Cuando saltaron, la roca se mantuvo inestable, pero se mantuvo, por lo que apretaron el paso y saltaron al final de la piscina.. al llegar, no quisieron ver atrás, solamente corrieron por el pasillo hacia la luz, aquella luz azul.. que los guió, a un lugar muy alto, desde el que podías visualizar un gran salón hacia abajo.. un salón que tenía a 3 hombres de pie, inmóviles, rodeados de sombras que parecían grandes jueces, que los señalaban.. Sonriéndoles en la oscuridad..

Luz intentó apretar el paso, pero sintió un jalón de parte de Carlos, que miraba entristecido la escena por el balcón..

La voz de la mujer resonó en un espantoso eco que estremeció a todos los seres de el lugar..
“si ese es tu deseo, te lo concedo, si pasas una prueba más!.. No tomaré tu vida si te equivocas, sinó la de los que quieres salvar..”

El muchacho miró a Luz.. “no puedo dejarlos morir, me entiendes, verdad?”
-Eres un muchacho del todo necio, pero, también soy un poco así..
-Me apoyarás?
-Dime cuándo no lo he hecho..


Entre ellos y el pasillo que los guiaba a la salida.. se abrió un gran precipicio que parecía no tener fondo, y delante de éste, unas grandes sogas, sostenían unas piezas de madera que tenían dibujados arlequines de diferentes colores y cartas, si las tocabas, se caerían, pero el objetivo, formar con las que quedaban una gran mano de maghjong..


Detrás de ellos, se habían sentado media docena de jueces del juego, entre ellos, el difunto padre, todos estaban reunidos para ser implacables con las decisiones de ambos jóvenes, de los que dependían la vida, de sus grandes y mas fuertes enemigos…