miércoles, 9 de enero de 2013

Inolvidable Atardecer

Luzdeluna: "Estaba pensando en qué iba a escribir en esta entrada, hasta que me dí cuenta de que es la quinta!!.. jaja!!
Tenía muchas ideas, quería relatar para ustedes, algo mezclado entre mi miedo a subir las gradas al cuarto piso y alguna historia fantástica de por ahí, pero mejor me disculpo por lo demorada que ando en el blog..

Tengo una laguna mental de haber escrito una historia sobre un sueño que alguna vez tuve, que siempre les cuento a mis amigos, y que, cuando entro al blog a buscar la entrada, no está... Voy a rehacerlo ahora para ustedes... Enjoy!".



Estaba ya sentada unos setenta minutos, en una larga banca de madera, había contado ya los arreglos de las flores unas cinco veces, había prestado atención en los errores de los vestidos de todas las presentes, admirado los buenos gustos de pocos, observado a los niños inquietos, intentar sacudirse de las garras de sus padres que les rogaban quietud.. No lo soportó mas, y se deslizó casi imperceptiblemente por la puerta mas cercana..

La tarde se empezaba a transformar en luces brillantes rosadas cayendo sobre su cabello castaño recogido en un lazo que apretaba cada hebra que podía percibir, ella respiró un poco mas de aire profundamente, hasta sentir que el viento, la invitaba a caminar lejos de aquella capilla, al menos por un momento... 

Se soltó el costoso bucle y se sacó los zapatos altos, para poner los pies sobre el manto de hierba que se transformaba en un sendero hacia un poco de libertad..

Cuando se dio cuenta, había oscurecido, se encontraba a unos 800 metros de la iglesia, no notaba ningún movimiento adentro, eso duraría una eternidad, y sin pensar en las fronteras, sonreía, volteó la cabeza y miró unas luces al fondo, un lugar, suponía-se también rentado para algún evento.. "Un evento?".. La curiosidad simplemente hipnotizó sus pasos..

Al acercarse, no era otra boda, ni nada de aquello, era un lugar insospechado!.. Cuartos medianos, con pequeñas piscinas que burbujeaban y el calor emergía en forma de vapor, hombres adinerados, conversaban  relajadamente mientras se bañaban.. La música que ambientaba el inesperado escenario, era armoniosa, relajada, de aquellas que en secreto escuchaba, estilo oriental en todo el lugar, muy minimalista, bello... Al seguir con la investigación de lo que veía, las luces amarillas que se encontraban fuera de la casa, transformaban su vestido iluminándolo con oscuridad, al observarse, podía sentir que cambiaba de color y que en contraste su piel se hacía blanca, como algunas de las asiáticas que adentro se encontraban, acompañando a los hombres y sirviendo  bebidas y bocaditos que estos deseaban tomar…

En otra parte de la habitación, habían mesas redondas donde el resto de mujeres adineradas se habían sentado, envueltas en kimonos de seda, de colores oscuros y brillantes, conversaban seriamente, sobre negocios, algunas tenían la costumbre de fumar en largos titulares de cigarrillos, simbólicamente se notaba que reían un del puro placer que es el derroche de dinero en su elegancia natural… " Será que puedo disimuladamente, entrar y tomarme uno de esos tragos, para regresar más relajada a esta boda a la que he venido obligada?.."

Mientras observaba por la ventana y se preguntaba todo esto, no se dio cuenta de que alguien se había percatado de su presencia y que de hecho, se encontraba a escasos centímetros, él olía su perfume mientras evocaba una sonrisa de complicidad... "Si quieres, puedes entrar, yo te invito el trago que tu quieras".


Eduarda sintió un estremecimiento de pies a cabeza, por el susto.  Pensó rápidamente en la forma de excusarse y salir de ahí, pero al voltearse, miró el rostro de aquel hombre, el mayor de todo el grupo que había visto adentro, un hombre vestido de un terno perfectamente blanco, pulcro, sencillo, enigmático, fuerte de carácter, supo enseguida, que negarse, era negarle a Dios..

Aceptó el trago, pero no le puso un dedo encima a la copa, mientras tomaba asiento en una esquina del lugar, notaba que se encontraba en la mesa más privilegiada del sitio, la gente, no mucha, no había percibido que ella entró siquiera, por que estaba acompañada del hombre de blanco, al sentarse frente a ella, éste le dice: "todo lo que ves aquí  son negocios grandes.. Mira, Aquella mujer, es dueña de las empresas creadoras de tecnología más grandes del país de donde venimos, a mis amigos les gusta tu clima.." 

Eduarda escuchaba y no escuchaba.. Se le notaba atenta, pero ansiosa, de repente, como "salvada por la campana" viene un joven con un recado a susurros, que obligó al hombre a levantarse de la mesa excusándose un momento, molesto por haber tenido que contestar, se volteó y no encontró nunca mas a Eduarda, que dejó la copa sobre la mesa llena y su perfume en el aire..

 
Para ese entonces, Eduarda estaba a  800 metros del lugar, en el mismo lugar donde inicialmente despertó su curiosidad, ella sonreía, un sentimiento fusionado, entre: "Que suerte, que he sobrevivido cual gato... Literal!". Y una sensación que desbordaba adrenalina, no se le olvidaría jamás, como la mejor experiencia, y sin alcohol!"..

Al llegar a la capilla, se abrieron las puertas de par en par, con los invitados que formaron un grupo alrededor de los recién casados.. Todos se llenaban de efusividad, emoción, risas,  esperanzas, muchos sentimientos que ella compartía en ese momento, al verse amenazada, no pensó en otra cosa más que desaparecer para celebrar su propio triunfo entre el montón....